Porque es difícil aprender matemáticas
Por otro lado, las matemáticas utilizan un lenguaje que no es el que normalmente usamos, el que asumimos desde la infancia para entender el mundo. Es decir, pensamos en palabras, no en números; en signos con un significado verbal, no lógico. Razonar en términos matemáticos es hasta cierto punto como cambiar de idioma, pero el salto es aún mayor que si tuviéramos que pensar en chino, por ejemplo.
Una cuestión de amueblamiento cerebral
Hay más razones para encontrar las matemáticas difíciles. Está la cuestión de su naturaleza acumulativa. En otras palabras, para aprender a dividir hay que saber multiplicar, y para multiplicar hay que sumar. ¿Y no ves que cuando pasamos a los senos y los cosenos, integrales y derivados. Si, por cualquier razón, nos resulta difícil interiorizar las cosas más básicas, entender las cosas más complicadas será una tarea casi imposible.
Para enroscar el rizo, parece que siendo niños no estamos biológicamente muy para la labor de hacer pensamiento abstracto. Parece que el lóbulo frontal del cerebro, que se encarga del razonamiento frontal y abstracto, no madura totalmente hasta los 20 años; que lo que tenemos en la niñez y en la adolescencia es la impulsividad (tomen nota). Por eso solemos oír en las aulas de matemáticas que "veamos, piensa un poco antes de contestar...".
Entonces, ¿por qué es más fácil para algunas personas que para otras? ¿Las matemáticas son difíciles o eso parece? Sin duda hay casos y casos, que son mejores o peores en el pensamiento abstracto y en la resolución de problemas, pero gran parte del rechazo tiene que ver con la falta de motivación en la que todos somos bastante culpables.
En casa tenemos mucho trabajo que hacer, empezando por crear un ambiente que facilite la concentración (fundamental para el estudio de las matemáticas) y mostrar una buena actitud hacia ella; la excusa de "estoy hecho de letras", además de ser rancia, no ayuda en absoluto. Si realmente te esfuerzas pero no pareces capaz, hay muchas aplicaciones para practicar las matemáticas en casa con tus hijos de forma divertida.
La motivación es un elemento clave
Aparte de eso, hay un buen puñado de formas de mejorar las habilidades relacionadas con las matemáticas "sin ser notado", digamos. Jugar al ajedrez es una de ellas; no te digo que sea tan visual como Call of Duty, pero también es genial, especialmente cuando ganas (y si ves que no te dejan ganar; en ese caso, ni lo intentes).
Otra buena idea es destacar juntos esas áreas cotidianas en las que las matemáticas resuelven la votación, a veces sin que nos demos cuenta. Son millones, desde programar los semáforos o saber si es mejor jugar a la ruleta o a la lotería, hasta recalcular las cantidades de una receta, pasando por el campo informático.
En última instancia, las matemáticas también son rechazadas por los niños debido a la falta de motivación adecuada en el aula (perdón por tirar la piedra en esa dirección, pero es así). Se presentan conceptos complejos sin explicar el por qué y para qué, con un aire condescendiente de "ya verás, en el futuro verás por qué te digo esto" que es exasperante. Es urgente responder de inmediato a la eterna pregunta de "¿para qué es esto?